EL ESPACIO SUBARACNOIDEO
Publicado por Claudine/traducido por Pato
El espacio subaracnoideo representa la estructura más frágil, más prístina, y sensible del cuerpo humano. La introducción de sustancias de cuerpo extraño, para cualquier propósito, no está exenta de riesgo para el paciente.
Todos los cuerpos extraños son irritantes de las membranas aracnoideas. Algunas sustancias tales como medios mielográficos a base de aceite y preparaciones de esteroides que contienen glicol de etileno son conocidos por ser particularmente irritantes y tóxicos y capaces de producir invalidez e incapacitación.
La aracnoiditis adhesiva es la forma más severa de aracnoiditis, una enfermedad inflamatoria que puede deberse a muchas causas como la infección. El grado de aracnoiditis en cualquier individuo depende de una serie de factores como la naturaleza del agente tóxico o infeccioso, así como la respuesta auto-inmune del individuo, así como otros factores. El proceso de la aracnoiditis se potencia por la presencia de sangre, y sus productos de degradación en el espacio subaracnoideo.
De mis observaciones personales, en los últimos 25 años, es evidente que muchos pacientes con aracnoiditis adhesiva tienen graves cicatrices en sus nervios sin muestras o síntomas clínicos asociados. De hecho la gran mayoría de los pacientes con aracnoiditis adhesiva debido a la mielografía de aceite es asintomática debido a la progresión lenta del proceso inflamatorio. Lo contrario suele ser verdad para los que tengan aracnoiditis adhesiva debido a la deposición poco aconsejable de los esteroides del glicol de etileno en el espacio subaracnoideo típicamente con el fin de la administración esteroide “epidural”.
Mis cálculos sugieren que aunque el 95% de los individuos que tienen aracnoiditis adhesiva casualmente relacionada con la mielografía de aceite estén sin síntomas, el otro 5% (representando cerca de 1 millón de individuos) están seriamente lisiados debido a este proceso patológico.
La razón de esta discrepancia parece estar directamente relacionada con el grado de inflamación inicial y si el sistema nervioso se da suficiente tiempo para aclimatarse a la agresión progresiva. La leyenda humana del sistema nervioso (al igual que el cuerpo humano) en su capacidad de ajustar y mantiene la función, a pesar de las agresiones más increíbles gradualmente aplicadas. Lo contrario ocurre con agresiones repentinas o rápidamente progresivas. Es importante también señalar que esos pacientes con aracnoiditis adhesiva que están sin síntomas viven con “una espada sobre sus cabezas” mientras que las agrasiones adicionales al parecer de menor importancia (es decir mielografía, lesión, cirugía, etc.) pueden inclinar el equilibrio clínico.
Por muchas décadas los clínicos han discutido con respecto al papel de la técnica de administrar sustancias de aceite con respecto al riesgo de aracnoiditis adhesiva. Si se asume el supuesto de que el beneficio es mayor que el riesgo y el consentimiento informado se obtuvo antes de la mielografía de aceite mis observaciones son las siguientes:
1. El menor riesgo del paciente era realizar una entrada traumática y una aspiración subsiguiente de los medios del aceite.
2. Lo siguiente mejor es una entrada traumática y usar la menos cantidad de medio de aceite como sea posible para el estudio.
3. Para evitar varios grifos de entrada o aspiración como esto agrega sangre libre a los medios de aceite, lo que aumenta notablemente la toxicidad.
La incapacidad para apreciar a la aracnoiditis adhesiva como una entidad de la enfermedad ha vuelto a obsesionar al público mediante el uso excesivamente común de inyecciones esteroides “epidurales” poco aconsejables con suspensiones que contienen glicol de etileno. La inyección epidural de esteroides es una terapia muy usada. Cuando este procedimiento está realizado en ausencia de supervisión fluoroscópica con epidurografía, el procedimiento es peligroso. Cuando se realizan los procedimientos con personas bien calificadas, asociado con el consentimiento informado, buena técnica y esteroides básicamente no tóxicos se trata de una terapia invasiva razonable, después de la calidad la terapia no invasiva ha fallado.
Charles V. Burton, MD, FACS Editor